Berlín es una ciudad paranoica donde todos sospechan de todos y corren rumores insistentes de una conspiración que apunta al corazón mismo de la jerarquía nazi en esta obra apasionante de la escritora Ben Pastor
Han transcurrido años que no dedicaba mi espacio literario a comentar algunas de las siempre jugosas novelas de Ben Pastor, cuando me sorprende la noticia sobre su más reciente obra con el interesante título de La noche de las estrellas fugaces -traducción de Pilar de Vicente Servio-. Nostalgia y recuerdos me llevan de la mano a leer con gusto y placer esta reciente obra. Comentar, una vez más, la historia, entre realidad y ficción, de un capítulo de la historia de Alemania bajo el nazismo en los años 30 y 40 del pasado siglo.
Martín Bora, teniente coronel en servicio, exigente consigo mismo, culto militar, honesto y laborioso intelectual, pasa unos días en Berlín para asistir al funeral de su tío, un médico reputado médico, crítico con los experimentos desarrollados por la barbarie nazi. En ese momento, le llega la orden de investigar el asesinato de Walter Niemeyer, un conocido mago, astrólogo y vidente de la alta sociedad desde los tiempos de la República de Weimar, amigo y confidente de los jerarcas nazis. La trama coincide con los días anteriores a la operación Valkiria, el intento fallido de asesinar a Adolf Hitler, orquestado por conspiradores civiles y militares que deseaban derrocar al régimen y negociar el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente del PP, una figura mediocre
Como en todos los trabajos se fuma, hago un alto en el camino para ojear desde el tendido las cosas de España por la semejanza de algunos hechos en súbito en el ruedo ibérico. Difícil de creer al presidente del PP, figura mediocre, propia de la de un aprendiz de derecho, tartamudo, con escasa cultura en el juicio escrito con renglones torcidos que nos leyó en el Parlamento, como quien se suena la nariz y luego pedorrea mirando al tendido. Al menos podría haber citado a su histórico José María Pemán, autor de El divino impaciente, que hasta nos recordó que su Generalísimo cruzó el Estrecho de Gibraltar llevado en volandas por ángeles, manifestando que Franco significaba la segunda Giralda de Sevilla. Y, a todo esto, no debemos olvidar al fiel historiador De la Cierva, que lo dio todo por el franquismo incluida su bondadosa sonrisa muy personal.
Y, volviendo a la lectura de esta interesante narración, pronto el perspicaz Martin Bora se da cuenta de que hay mucho más en juego que este asesinato. Berlín es una ciudad paranoica donde todos sospechan de todos y corren rumores insistentes de una conspiración que apunta al corazón mismo de la jerarquía nazi. El peligro acecha detrás de cada esquina. Los ánimos están precariamente tensos entre los oficiales del Ejército, las reuniones secretas se multiplican y las muertes sospechosas se suceden mientras estrellas fugaces cruzan los cielos nocturnos de Berlín, como si fueran el símbolo de un pasado glorioso que se desvanece.
En la espalda de cualquier ignorante capaz de hacer Derecho en la universidad, cómplice en seis meses para ser cada día más grotesco a la hora de pregonar momentos trágicos de la historia de España, cada día más mediocre y preocupante. Felicitemos por la publicación de esta importante obra a Alianza Editorial. Y nos queda la pregunta de si es el definitivo adiós de tan excelente novelista.
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