La bolsa de contratación en los hospitales andaluces vuelve a hacer de las suyas en medio de continuadas agresiones que germinan por conocidas incertidumbres, escritas y recogidas en foros públicos digitales como: aumento de patologías sin resolver para sólo 10 minutos (y que pase el siguiente), citas aplazadas (por baja del personal), sobrecarga de cupos (llegan más extranjeros y desplazados) y tiempo de espera en renovación de medicamentos con cuentagotas
De cara a las contrataciones por bolsa y promociones, no importa la categoría, siempre hay excusa para justificar lo injustificable, como decir: «Lo siento ha sido un error informático y no podemos hacer nada. Si quieres pon una reclamación, porque no te van a coger el teléfono. Así es la bolsa, ni en toda tu vida descuelgan».
A los escasos segundos, ves en pantalla regalar descaradamente una corta o larga duración a un candidato o candidata con menor puntuación, dejando al de mayor puntuación en pleno vacío económico, restándole experiencia y derechos, siendo al que oficialmente corresponde. Es por ello que noticias de indemnizaciones inundan los periódicos digitales por el mismo tema frecuentemente, pues ya es digno de estudio científico, ciertamente sorprende y mucho que, todavía en 2025, siga ocurriendo y dilatando la paciencia de cualquier mortal que, sumada a la falta de empatía de los elegidos (que desafinan como personal de Atención al Ciudadano), hacen que sus malas acciones queden sin castigo, y pagadas por la empresa, que termina dando la cara en el juicio (y que tristemente son costeadas por el aporte recaudado del dinero del pueblo).
Probado es que máquinas e informática no fallan: falla quien la programa o maneja. Grandes visionarios ya lo dijeron: «Tarde o temprano las máquinas nos reemplazarán«. Mientras desempleados sueñan con trabajar con igualdad en las bases y Constitución, se aconseja: dejad de tanto enchufar donde no debéis. Recordad que quien juega con fuego se quema o sufre un inesperado y fuerte calambre que termina en delito y condena (sin marcha atrás), cuando las piezas encajan.
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