El sábado pasado por la noche, en la primera cadena de Televisión Española, pusieron la película ‘Match Point’. Ya la había visto, pero mi memoria es muy selectiva con las cosas que me gustan. Olvida de manera interesada para que mis recuerdos me den un placer sólo al alcance de las primeras veces
La primera imagen de la película nos muestra un partido de tenis donde la pelota impulsada por uno de los jugadores golpea en la parte alta de la red y, durante unos segundos de una eternidad celestial, no se sabe si la pelota se quedará en el lado de su campo o si pasará al otro, cambiando con ello el ganador del punto. La suerte es que se pare el tiempo y que solo vuelva a avanzar cuando le interese. Mirar al futuro antes que al amor más bello, que los más optimistas sabemos que, tarde o temprano, formará parte del pasado.
Woody Allen dirige su película más inglesa y dostoievskiana. Londres es una ciudad hecha a la imagen y semejanza de los ricos más ricos y de las ratas más pobres que bailan en sus cloacas más tóxicas, todas colgadas de una sobredosis de Ambipur. No saben que el mal olor de la pobreza solo se tapa mirando para otro lado. Está bien que un sentido anule al otro como lo hace el supuesto padre de todos ellos, el sentido común.
La película va de un jugador de tenis con bastante futuro que decide dejarlo todo cuando se empareja con una mujer que viene de una familia adinerada. Se pone a trabajar en una empresa en la que su suegro le ayuda con el capital. Pero la vida regalada a veces necesita de emociones que la pongan en peligro. En una cita familiar, conoce a la mujer con la que sale el hermano de su pareja y la atracción es inmediata. Scarlett Johansson es, en esta película, el ser vivo más bello jamás creado. Unos ojos acuosos donde se transparenten esos manantiales donde saciar una sed carnívora. Esos labios donde poder morderlos debería ser un derecho constitucional. Ella es una aspirante a actriz con no mucha suerte en las pruebas de selección. En general, no hace buenas elecciones, pero es que la belleza no debe perder el tiempo en esas cosas de los simples y feos mortales. Los feos deben acertar, pues saben que, si dejan las decisiones al azar, este siempre lo pinta de una infinita tristeza. Por ello lo de sus malas caras.
Triángulo amoroso
Nuestro protagonista sigue con su pareja rica, una mujer que quiere ser madre, pero que no consigue quedarse embarazada de momento. Ambos están sanos y sólo la belleza del azar les hará conseguir su objetivo. Pero a dicho azar le gusta jugar con las partes feas del sumun estético. El dinero ayuda a que la suerte te pague de su mejor manera y, cuando el dinero no llama a tu puerta, cuesta un poco más tener parné para poder poner una en la entrada de tu casa con vistas a la puta calle. Es el personaje de Scarlett Johansson el que se queda embarazada y ella quiere que se lo diga a su mujer, pero él le contesta que necesita tiempo para hacerlo.
Está claro que él no quiere hacerlo. Entre vivir como un rey y amar y ser amado por una reina, la idea más cómoda te hace elegir la primera. Llevar una doble vida mientras el cuerpo aguante y la mente no saque la asesina que lleva dentro. Pero Scarlett quiere tener una relación normal con él y, para ello, lo primero es decírselo a la mujer de este. Las presiones por su parte empiezan a ser más fuertes, casi asfixiantes. Un hombre frío y calculador como nuestro protagonista no lleva bien esas cosas. Cortar por lo sano. En este caso el amor pasional. El que te pone entre la espada y la pared. Y no sólo de forma literal. Matar la felicidad que no supo el continente de la misma.
El plan le sale bien. La policía no le hace sospechoso del crimen, por varias razones, tocadas por el bello azar. Ese instante coincide con el momento en que su mujer consigue quedarse embarazada. Las familias ricas y felices se parecen bastante, como decía el otro ruso del diecinueve.
La película da para hacerse muchas preguntas. La más evidente es la de qué amor elegir, el pasional y desestructurado o el más tranquilo, pero que te otorga una seguridad y tranquilidad de todo tipo, no sólo el económico. También puede que la razón de matar al personaje de Scarlett Johansson no se deba a estas razones y se deba a que fue la persona que le presionó para tomar una decisión que le ponía en una situación de angustia vital grave. Y simplemente quiso quitarse de encima a quien, bajo su punto de vista, generó el conflicto al obligarle a tomar una decisión.
Y sí, les he hecho un spoiler completo de una de mis películas favoritas y puede que a algunos les haya sentado mal. Pues les digo, a colación de esta película y nunca mejor dicho por su temática, que los crímenes más perfectos los hace el amor y no destripar el fin de una serie o película. Si de todas maneras siguen pensando que es de una gravedad máxima contar lo que pasa en una ficción audiovisual puede que se merezcan el final de Scarlett en esta película. Si se puede matar a quien se ama con pasión, qué menos a un tonto o tonta de piel fina y corazón distraído. Cuando se vive no hay spoiler posible. Dejen las series, entretenimiento vacío, y lean. Descubrirán que todo lo que han visto estaba en los libros. Todo menos mi Scarlett.
Un cambio de perspectiva muy ingenioso. Me ha resultado simpático y me ha hecho sonreír. Claro, me gusta mucho leer…