Estos días ha circulado por las redes un mensaje del sr. Echenique que dice: “Cuando hayamos vencido al virus, no olvidemos que nos salvó la responsabilidad individual, la sanidad pública y universal y la ciencia…”
También en estas fechas, la Bolsa a escala mundial ha subido, tras las declaraciones de la empresa Pfizer, respecto a una inminente vacuna efectiva contra el coronavirus. Esa compañía farmacéutica, junto con su socio alemán, ha invertido unos 1.500 millones de dólares en esta investigación. Han aportado su esfuerzo personal y se juegan su dinero, no han aceptado fondos públicos para evitar injerencias externas, defendiendo su libertad, son empresas privadas, son capitalismo en estado puro.
Al sr. Echenique no le gusta ni lo privado ni el capitalismo y a sus correligionarios tampoco, salvo que les beneficie directamente. Así, cuando conocidas personalidades de la izquierda se contagiaron del virus el 8 de marzo, no dudaron en dirigirse a la clínica privada Ruber.
En su reciente escrito, D. Pablo omite mencionar el capital y lo privado. No sé si su omisión es ideológica o por desconocimiento, pero sí es intencionada. Humildemente, le voy a recordar que la mayoría de los logros científicos y culturales conseguidos por nuestra civilización, y que nos hacen la vida más cómoda, han sido fruto de una sociedad con libertad para que múltiples personas prueben y experimenten diferentes posibilidades y así, mediante el test de prueba/error, algunos tienen éxito.
Los avances vienen de abajo a arriba
Los avances vienen de abajo a arriba, no de supuestas ideas geniales de los gobiernos ni de los políticos, que, en general, nunca han montado un negocio, arriesgando su dinero, salvo oficinas o lobbies de influencias. Esas medicaciones que tantos millones de personas usan diariamente, desde la simple aspirina a las pastillas que controlan la tensión, los niveles de colesterol, tranquilizantes, analgésicos, etcétera, son en general fruto de la acción e investigación privada y del capital. No son aportaciones de la Academia de Ciencias de la antigua Unión Soviética.
Me voy a permitir recomendarle al sr. Echenique la lectura de un libro reciente que toca este tema, de Matt Ridley, y cuyo título es How Innovation works.
La lucha contra el Covi 19 se ganará con la confluencia de la responsabilidad individual, la sanidad pública y la ciencia como dice D. Pablo, pero que no se olvide de la aportación fundamental de la actividad privada y del capitalismo. Pfizer es un ejemplo evidente hoy, ya que su aportación puede solucionar más problemas que todas las medidas políticas.
Totalmente de acuerdo. Pero la investigación de empresas privadas también debe ser evaluada por organismos independientes, sobre todo en lo que a psicofármacos se refiere.