La farmacéutica AstraZeneca ha interrumpido de forma temporal los ensayos de la tercera fase de la vacuna contra el coronavirus que tiene entre manos con la Universidad de Oxford
En un comunicado difundido la noche del martes explicaban que tenían que revisar sus investigaciones después de que uno de los voluntarios experimentara un efecto secundario nocivo. De esta manera, el anuncio del consejero de Salud, Jesús Aguirre, de que Andalucía iba a contar con alrededor de 300.00 dosis a finales de diciembre o principios de enero queda en nada.
Según ha publicado The New York Times tras consultar fuentes cercanas al proyecto de AstraZeneca, el participante que ha hecho parar los ensayos sería un voluntario afincado en Reino Unido que sufre una mielitis transversa, un síndrome inflamatorio que afecta a la médula espinal y que suele ser provocado por infecciones virales o una respuesta inmunológica.
En la información del rotativo estadounidense se explica que, por el momento, no está claro si el paciente ha desarrollado la enfermedad a consecuencia directa de los efectos de la vacuna de Oxford, pero ante la duda se ha optado por hacer una revisión completa.
La farmacéutica por el momento rechaza hacer más comentarios sobre el asunto, más allá del comunicado donde hablan de “una enfermedad potencialmente inexplicable”, aunque esperan que el paciente se recupere lo antes posible.
Un jarro de agua fría
Esta posible vacuna contra el coronavirus, considerada una de las más avanzadas que se desarrollan en todo el mundo, estaba en las fases finales de los ensayos clínicos antes de recibir la autorización de los organismos reguladores para proceder a inmunizar a la población. La Unión Europea y España ya habían conseguido acuerdo para adquirir millones de dosis en caso de que fuera efectiva.
El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, ha asegurado a la cadena SkyNews que esta interrupción no es un revés, ya que «es algo normal en los ensayos clínicos», recordando que la vacuna de Oxford «ya tuvo que pausarse antes del verano y que eso se resolvió sin problemas».
¿Qué es la mielitis transversa?
La enfermedad que ha sido detectada en uno de los 30.000 voluntarios de AstraZeneca en la fase 3 es una inflamación de la médula espinal. Este trastorno neurológico podría dañar el material aislante que cubre las fibras de las células nerviosas (mielina).
Esta enfermedad interrumpe los mensajes que los nervios de la médula espinal envían al resto del cuerpo. Sufrir mielitis transversa puede causar dolor, debilidad muscular, parálisis, problemas sensoriales o disfunción de la vejiga y el intestino, según apuntan desde la Clínica Mayo de Minnesota.
El tratamiento para superarla incluye medicamentos junto a terapia de rehabilitación. La mayoría de los que la padecen se recuperan al menos parcialmente, aunque las personas con ataques severos a veces padecen discapacidades significativas.
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