A lo largo de las diferentes etapas artísticas que estudiamos los historiadores del arte, siempre se encuentra la controversia y entra en juego la crítica artística
La obra de arte deja de ser propiedad del autor para pasar a manos del mecenas. Nadie se escandaliza cuando acude a un museo arqueológico y se encuentra ante las esculturas y fotografías que recrean el origen de la Humanidad y su evolución. La imaginería nació como recreación de pasajes bíblicos con la intención de adoctrinar en la Fé Cristiana frente al Protestantismo (Concilio de Trento, desarrollado en varios periodos entre 1554 y 1563).
Las primeras manifestaciones escultóricas de carácter religioso cristiano, desde los bajorrelieve a las esculturas de altorrelieve, cumplían las funciones de hacer llegar a los fieles los pasajes bíblicos que sólo estaban al acceso de quienes tenían en su poder los textos que se encontraban en las bibliotecas de monasterios y abadías. Esas manifestaciones escultóricas intimidaban al espectador con la crudeza de las representaciones del Infierno y el Purgatorio, los pecados capitales, en contraposición a la ascensión celestial.
En la actualidad, la crítica artística está a la mano de cualquier espectador (analfabetos, legos o profesionales). Es más que obvio que la más peligrosa es la crítica artística sin conocimiento de iconografía y representación artística, disciplinas muy necesarias que van más allá del «me gusta, no me gusta, me escandaliza». A pesar de toda la polémica generada por el cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024, como manifestación artística, huelga decir que está cumpliendo parte de su función: generar polémica.
Como historiadora del arte, puedo exponer que se trata de una manifestación más, de una iconografía sin diferencia del resto de representaciones. La polémica ha surgido en el uso del rostro del hijo del pintor Salustiano García. Se podría haber realizado una fotografía a la escultura atribuida a Francisco Antonio Ruiz Gijón (datada en 1682, siglo XVII), se podría haber realizado una pintura en cualquier formato y caer en lo cotidiano; artísticamente hablando, una copia contemporánea.
La pintura contemporánea hiperrealista sigue existiendo en contraposición a las vanguardias. Es una manifestación artística y, como tal, cumple con las condiciones adecuadas para formar parte de la crítica artística. La validez de este formato es plenamente correcta.
El analfabeto visual
Se representa una iconografía, reconocida por las normas establecidas para recrear la imagen del Cristo Resucitado. El uso de los paños (sudario), que todos asocian a El Cachorro (Cristo de la Expiración), la serenidad del rostro, la ausencia de sufrimiento físico y el fondo en rojo (símbolo de la Pasión) corresponden a la iconografía del Cristo Resucitado. Ahí radica la diferencia entre crítica artística y opinión. Ahí radica el desconocimiento del lenguaje iconográfico y de ahí nace el analfabeto visual, que sentencia una representación totalmente acorde con la representación estipulada desde la institución eclesiástica.
El autor necesita siempre un modelo en su proceso artístico para recrear iconografías religiosas, mitológicas o paisajísticas. Ahí radica la función del arte: instruir, mostrar y generar controversia. Tanto a título personal y como licenciada en Historia del Arte, estamos ante una maravilla contemporánea.
Me encanta el cartel. Obra de arte respetuosa.
Para mi no representa la Semana Santa de Sevilla. Como innovación puede pasar pero representar a la Semana Santa de Sevilla…lo siento pero no. Con todos mis respetos, claro está.
Las tierras comunales organizadas por la Iglesia Católica y saqueadas por los protestantes supusieron un antes y un después en el desarrollo de Europa que llega hasta nuestros días. Grandes magnates terratenientes algunos con títulos inmobiliario incluidos y que fueron producto de guerras y desamortizaciones han sido y son el caldo de cultivo de las democracias liberales que padecemos.
Ése cartel es una muestra más del arrinconamiento al que se ve sometida las costumbres católicas por parte de los hermanos protestantes que lo único que buscan es sembrar discordias y tener a todos entretenidos mientras ellos siguen en lo de siempre.
En La Semana Santa de Sevilla el cartel anunciador de 2024 no pega ni con pegamento y medio y a quiénes les gusten pues mejor para ellos.
Un saludo.
Ni es contemporáneo, ni es respetuoso, ni es devoto, ni mucho menos cofrade. Yo también soy historiador del arte. Y no se trata de ignorancia sino de sentido de la estética y de mensaje publicitario, que en este caso no es acorde con el mensaje que se espera de un Consejo General de Hermandades y Cofradías.