El maestro de impresión Jesús Naranjo lleva años reivindicando con distintas performances sus derechos laborales: que el Ayuntamiento de Sevilla actualice la bolsa de empleo para su categoría, algo que tiene que hacer por ley, y que convoque oposiciones. Ya lleva 14 días sin comer a las puertas del consistorio, empieza a encontrarse mal y el alcalde, Juan Espadas, se niega a recibirle
Acoso laboral, pérdida del trabajo, injusticia, años de calvario judicial… Y 14 días de huelga de hambre para reclamar sus derechos laborales. Esta es la historia de Jesús Moreno Naranjo, un maestro de impresión que tuvo muy cerca su deseo de convertirse en funcionario del Ayuntamiento de Sevilla, pero se truncó porque su puesto era codiciado por una persona con ciertas influencias.
Todo comenzó en 2008, cuando Jesús aprueba las oposiciones de maestro de impresión de la imprenta del consistorio hispalense. Aunque las dos plazas ofertadas acabaron en manos de trabajadores interinos, Moreno recibió la llamada para trabajar de forma eventual. Sin embargo, las cosas se iban a torcer pronto: «Entré con mal pie, ya que empecé a ver irregularidades que me afectaban de pleno como trabajador. Recibí acoso laboral, pero el técnico de Prevención de Riesgos Laborales del Ayuntamiento de Sevilla me dijo que no, que eran cosas mías».
«Antes de entrar en el ayuntamiento, yo era una persona normal, ordenada y tranquila. Pero me hicieron acoso laboral, me humillaron, violaron mi taquilla, me insultaron… No podía permitir que ningún jefe me tratara de esa forma, así que empecé a defenderme», confiesa un Jesús cada vez más demacrado por los 14 días que lleva sin comer.
Asimismo, Moreno se considera una víctima de una presunta práctica de enchufismo: «Un sindicalista de Comisiones Obreras estuvo presionando para meter al hijo en mi puesto. Y de ahí viene todo». Moreno Naranjo se fue de UGT cuando este sindicato no le amparó en el caso del acoso laboral y se metió en CCOO. «Si no puedes con el enemigo, únete a él», asegura. Sin embargo, a día de hoy piensa de otra manera: «Comprendo que los sindicatos tienen su forma de trabajar, pero ninguno es válido para mi caso«.
Cuando termina su contrato tras cinco años de trabajo, Jesús pasa a ser número 2 de la bolsa de empleo de maestro de impresión, pero los caprichos del destino (fallecimiento del aspirante número 1) hacen que pueda subir al primer puesto. Ya solo faltaba que el ayuntamiento actualizara la bolsa. Y llegó el 27 de junio de 2012, día en el que el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) recoge que el consistorio «tiene la urgente necesidad de formar una Bolsa de Trabajo para el puesto de Maestro de Impresión, exigiéndose la titulación de Graduado Escolar». A continuación, se puede ver el extracto de ese BOP:

Pues bien, esa actualización de la bolsa del año 2006, obligatoria según el convenio colectivo del Ayuntamiento de Sevilla, nunca se llegó a hacer. «El Ayuntamiento ha incumplido ese boletín y ha cometido discriminación para acceso a empleo público», denuncia Jesús Moreno.
El artículo 26 del convenio colectivo del consistorio de la capital sevillana es bien claro a este respecto: «Para las contrataciones temporales, se constituirán bolsas de empleo». A continuación, se muestra el fragmento del texto que explica este pormenor:

En lugar de eso, el ayuntamiento organizó una promoción interna a través de un proceso selectivo. Entonces Jesús entró en una batalla de varios años que tiene capítulos estremecedores. En 2013 ganó un juicio al ayuntamiento por insultos. Los abogados municipales no pudieron demostrar semejante acusación que conlleva sanción administrativa. «Todo lo que me ha pasado después de aquello es en reprimenda por aquella victoria judicial. En ese juicio, demostré al ayuntamiento que los de la imprenta habían mentido«, puntualiza Moreno Naranjo.
El Ayuntamiento de Sevilla ni ha actualizado la bolsa de 2006 ni ha convocado oposiciones de esa categoría, las cuales podrían favorecer el éxito laboral de Jesús por mérito y capacidad. «Los trámites son opacos para que nadie se entere de los pasos que están dando en la imprenta municipal», agrega.
Son 14 jornadas, con sus días y sus noches, colocado a las puertas del edificio del ayuntamiento pasando mucha hambre y lo único que ha conseguido es que la Policía Local le ponga 29 multas administrativas por invasión de vía pública y escándalo público.
La situación de Jesús es límite: Hacienda le exige 12.000 euros por todas esas sanciones y tiene ya amenaza de embargo sobre la casa de su madre, con la que vivía antes de irse a la puerta del ayuntamiento. Es parado de larga duración, insolvente, está divorciado y tiene dos hijos que viven con su ex mujer. «Tengo la patria potestad, pero no la custodia. A raíz de esto, se me ha venido abajo la situación económica y matrimonial», remarca apesadumbrado, ya que tuvo una «cosa puntual» en el proceso de divorcio por unos bienes que había que repartir, por la que le pusieron una orden de alejamiento de su ex mujer que ya expiró. «Pero actualmente tengo con ella una amistad», asegura.
Y es que son ya varios años de protestas al estilo Ruiz Mateos para llamar la atención de la sociedad sobre su persona y la injusticia que vive: picador con caballito; rey mago que le trae carbón al alcalde; tamborilero, porque Jesús es uno de los tamborileros más famosos de Sevilla con disco publicado en Japón; con una cruz a cuestas; y hasta de cadáver dentro de un ataúd. «La Policía Local me rompió el ataúd y Lipasam se lo llevó», recuerda Jesús.

Lo que está haciendo ahora no es ninguna performance. Es una huelga de hambre de dos semanas de duración que podría llevarle a la muerte si alguien no lo impide. «Lo único que quiero es trabajar, no quiero ninguna indemnización», sentencia Moreno.
Este maestro de impresión desesperado ha conocido a tres alcaldes, Monteseirín, Zoido y ahora Juan Espadas, y carga las tintas sobre la figura de este último: «Es un soberbio que no quiere darme audiencia«. En Twitter también le ha lanzado gritos de auxilio sin obtener respuesta:
A Jesús tampoco le dejan entrar en los baños del ayuntamiento y se tiene que buscar la vida para hacer sus necesidades. «Estoy aquí jugando con mi salud haciendo pipí en un bote de Aquarius y sin defecar, ya que no como nada sólido. Si a mí me pasa algo, ellos serán los responsables», pone de relieve Moreno Naranjo.
Pero, ¿qué quiere exactamente Jesús Naranjo? Muy sencillo: su puesto de trabajo interino (no de jubilación parcial, por el que solo le quedaría el 50% del sueldo, como le han ofrecido); que le quiten todas las denuncias y multas (tiene un juicio pendiente por atentado a la autoridad); y que le traten con respeto.
Un camión de Lipasam le pasó por encima del brazo la otra noche. ¿La sociedad del coronavirus es la más cruel de la Edad Contemporánea? El individualismo feroz y el egoísmo fomentado por un capitalismo atroz así parecen atestiguarlo. Se habla de solidaridad, pero personas como Jesús tienen que hacer pipí en un bote mientras reivindica sus derechos. ¿Hay alguien al final del túnel de la injusticia y la sinrazón?
Son todos estos alcaldes pedazos de carne que no tratan de arreglar la ciudad y sus ciudadanos, sólo nos quieren para pagar multas, impuestos y seguir pagando, para luego ver nuestra ciudad abandonadas de mantenimientos;HABÉIS VISTO LAS RAMAS DE LOS ÁRBOLES COMO CAEN AL SUELO, Y EL RIO, HABÉIS VISTO LAS «NATAS» QUE AFLORAN EN SU SUPERFICIE? Y LAS CALLES, HABÉIS VISTO CÓMO ESTÁ LA CALLE CASTILLA EN TRIANA? ¡¡VERLO, VERLO!!. Y LOS SIN TECHO POR TODA LA CIUDAD Y SIN COBIJO….ALCALDE DEL PSOE COMO DEL PP LA MISMA MIERDA ES.