No creo en ninguna inteligencia superior (ni divina, ni cósmica) que vele por los humanos; pero, parece evidente que toda «crisis» – y ésta lo es-, genera y generará cambios. Los más importantes, son los que reequilibrarán un nuevo orden del sistema en el que estamos inmersos y puede que rescatemos antiguos valores: solidaridad frente al individualismo, sosiego frente al acelero, hogar frente a salidas compulsivas, austeridad frente a consumismo – de qué te sirve el 4×4 encerrado en el garaje-….Pero introducirá otros agentes nocivos y colaterales (aparte de la mórbi/mortalidad), tales como: más horas de pasividad fantaseada y evasiva de productos televisivos, horas de móvil con su lluvia de memes y fakes, atrofia muscular sedentaria, ganancia ponderal y, lo más preocupante, caída de la actividad productiva convencional, con la consiguiente pérdida de empleos y economía de subsistencia, dejando en la cuneta de la miseria a los que siempre van por el arcén.
En definitiva, tras la «crisis», y dependiendo del tipo de mecanismos de adaptación, el SISTEMA, por el principio homeostático que lo regula y perpetúa, subsistirá y seguiremos prendidos a él. Esperemos que la actualización del mismo tras el Covid-19, sea mejor que el anterior y subsane algunos. El Apocalipsis no ha llegado, luego continuará como en las series. Aunque sea pronto para evaluar la versión beta que lo va relevar, ya se pueden intuir algunas modificaciones: el agua bendita ya se ha suprimido, porque puede ser fuente de transmisión patógena; las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son bien venidas, y la Sanidad Pública hay que sanearla, dotarla y protegerla, ya que esta crisis la ha jerarquizado en el primer puesto del ranking. Buena lección para todos sus depredadores.
Si el confinamiento se debía hacer ya,. de los depredadores, esa denuncia sería la cura para la corrupción
Especialmente el nefasto Marín, un inútil, incapaz de decir que la Semana Santa era inviable
Pue sí querido Antonio. Muy ciertos tus comentarios. La brecha que va a dejar es muy profunda, y veremos la capacidad de aguante de muchas familias en este confinamiento. La única que va a “respirar” un poco más, es la Naturaleza, que se va a llevar un respiro inesperado en este mundo contaminado.