«El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del Valle de la Oscuridad. Porque es el auténtico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!»
El monólogo de Samuel L. Jackson en Pulp Fiction se convirtió en un instant classic del cine mundial. Ya han pasado más de 30 años del estreno de esa película y todavía la gente para por la calle al Nick Furia del Universo Cinemático de Marvel para recitarle a voces estas recordadas palabras de la Biblia (Ezequiel, 25-17). Pero Jules Winnfield era un matón que eliminaba a la gente que le decía su jefe, a los obstáculos de sus negocios, a los dolores de cabeza de Marsellus Wallace.
Hay tantas injusticias en nuestra sociedad… Tantas que haría falta recitarle estos versículos a los políticos que, cada día de nuestra rutinaria vida, tratan de manipular nuestras mentes con falsas ideologías que sólo esconden poder, dinero, postureo, negocios por debajo de la mesa, libretas con nombres en código, estómagos agradecidos, favores pedidos y debidos, tarjetas black… Ninguneo a la verdad, a los ciudadanos y a los vecinos de los barrios más desfavorecidos. Asfaltar una simple calle se convierte en un objetivo de fin de año que se queda 12 meses en un cajón si nadie le recuerda esta cita bíblica al alcalde de turno, al concejal de turno o a la consejera de turno.
Católico, pero de boquilla
No deben quedar impunes cuando prometen la construcción de un centro de salud o de un hospital y luego los enfermos tienen que ver cada día el letrero o la primera piedra deteriorados por el paso del tiempo. Un solar olvidado, como el del Hospital de Cádiz. Un terreno vacío, como el del centro de salud de Santiponce. Una promesa enterrada, como el Materno-Infantil de Huelva. Un juramento pasado por el forro de los coj… como el de levantar alfombras de la corrupción de la etapa socialista. No hablo de actuar como Jules, claro. Pero sí de mirar a los ojos a esos supuestos representantes de la ciudadanía, bien vestidos y maquillados siempre, en todo lugar, y recordarles muy seriamente esta cita de la Biblia, el libro de los libros que contiene una visión del mundo que políticos como Juanma Moreno dicen seguir a pies juntillas (en el perfil de Wikipedia del presidente de la Junta pone que es católico), pero en la práctica, no muestran la solidaridad y la caridad suficientes para con los más necesitados, con esos 10 barrios más pobres de España, que son andaluces.
Nuestros dirigentes no siguen el camino de poner la otra mejilla, sino más bien nos hacen ponerla a nosotros. «Yo soy el camino, la verdad y la vida», decía Jesucristo. Moreno Bonilla también es el camino (lleno de boñigas), la verdad (oculta) y la vida (padre a costa del erario público). Menos dinero para el mundo cofrade y más para cumplir el mensaje de Jesús de dar de beber al sediento y dar de comer al hambriento.
Viva la empresa, la hay donde quiera que vas…
Si la creencia dominante del Gobierno andaluz es el catolicismo, ¿por qué no dedican el doble de dinero a las políticas sociales (salud y dependencia)? ¿por qué parece que sólo están preocupados por confeccionar un marco normativo y fiscal estimulante para los grandes empresarios (Moeve, Johnson & Johnson, Santana Motor, Airbus, Hygreen Energy, Matsa, Desay SV…)? Se crea empleo… o no, porque muchas de estas corporaciones internacionales podrían traerse a personal de otras sedes o subcontratar servicios con empresas que exploten a sus trabajadores.
Las ruedas de prensa del Consejo de Gobierno se han convertido en mítines y anuncios de ayudas empresariales a través de ese invento llamado Andalucía Trade (por cierto, Elías Bendodo recalcó en su día que las agencias eran chiringuitos y había que acabar con ellos). Ha llegado el momento de declamar el gran monólogo y sacarle los colores a tanto aprovechado, a tanto Houdini que se escapa de sus responsabilidades. Y no hay mejor mensaje que el de Ezequiel 25-17 en la voz de Miguel Ángel Jenner, actor de doblaje de Samuel L. Jackson en España:
Para los que prefieren la versión original, a continuación incrustamos también la escena con la voz original de Jackson:
Comentarios recientes