Una mujer ha emprendido acciones judiciales para reclamar 330.000 euros al Servicio Andaluz de Salud (SAS), al que atribuye un supuesto «error de diagnóstico» al serle achacado presuntamente un «cuadro gripal» cuando en realidad sufría una infección bacteriana que acabó afectando a su corazón y motivando una intervención quirúrgica «de gran complejidad», según su demanda
Según explica en un comunicado el letrado José Antonio Sires, la paciente, de 31 años de edad, acudió el 23 de abril de 2024 a los servicios de urgencia del Hospital Virgen Macarena de Sevilla capital debido a la fiebre alta que padecía, siéndole diagnosticado un «cuadro gripal» tras «una exploración física inicial, sin incluir ninguna otra prueba complementaria diagnóstica que pudiese determinar la existencia de alguna patología complementaria e ignorando por completo los factores aportados en la historia clínica de la mujer», siempre según la tesis de la misma.
Ya el 31 de julio de 2024, según José Antonio Sires, «se realizó una llamada a la paciente para cursar su ingreso inmediato y urgente, informándola de que padecía una infección por enterococcus faecalis«.
Equivocación fatal
«Debido a la lentitud en el diagnóstico, dicha bacteria se ha alojado en el corazón, la cual ha producido una patología de endocarditis mitral y aórtica con complicaciones perianulares con insuficiencia mitral moderada-severa e insuficiencia aórtica severa«, frente a lo cual era necesaria una «intervención de una gran complejidad, poniendo en peligro la integridad y la vida de la paciente y debiendo quedar, por ello, ingresada en las dependencias de la UCI hasta finales de septiembre, habiendo transcurrido gran parte de su recuperación en la sección de Cuidados Críticos, debido a lo delicado de su situación», indica.
Le dio un ictus y ningún facultativo se dio cuenta
Tras dicha intervención e ingreso en la UCI, fue la propia familia de la mujer, según relata el abogado, la que detectó que la paciente tenía «paralizado el lado derecho del cuerpo, pasadas varias horas, sin que ningún facultativo hubiera detectado previamente la sintomatología, resultado de no encontrarse ningún facultativo en las labores de cuidado y vigilancia» de la mujer, siempre según la reclamación de la misma.
Dicha parálisis, siempre según el letrado, «procedía de un ictus sufrido durante su estancia en la UCI, debido a una obstrucción aguda de la arteria cerebral media izquierda, complicación añadida, la cual ha agravado aún más su estado, siendo necesaria otra nueva intervención, consistente en un intervencionismo neurovascular».
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