Hoy, 17 de febrero, se realiza la conmemoración del 185 aniversario de nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Poeta y dramaturgo, fue el máximo exponente de las letras románticas en nuestro siglo XIX
Su lírica intimista, sencilla, parca en ornamento y con sentimiento profundo, marcó una mezcla entre la poesía moderna y el lirismo clásico español. Asimismo, su prosa también alcanzó notables elogios, inspirada en su imaginación, sus dotes narrativas y su facilidad descriptiva de la naturaleza y paisajes.
El escritor sevillano culmina una época de grandes aportaciones a la materia, enriquecimiento y creaciones únicas. Bécquer y su representación del amor siempre tendrán una relevancia plena en la literatura española.
El año 2020 fue declarado Año de los Hermanos Bécquer, tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano (pintor de estilo romántico, costumbrista, paisajista y consagrado retratista), cumplían 150 años de sus óbitos (ambos murieron con meses de diferencia), pero no pudieron tener el homenaje que se merecían. Por temas relacionados con el estado de alarma sanitaria fueron suspendidos numerosos actos y eventos relacionados.
Sin los poemas de Bécquer, el amor tendría un vacío profundo en la liturgia de las palabras y las rimas más sinceras quedarían exentas de pasión. He aquí un buen ejemplo, uno de los poemas de su obra legendaria Rimas y leyendas, el culmen del Romanticismo y unos versos magistrales leídos con pasión y devoción por millones de enamorados que han vivido en tres siglos diferentes:
Rima XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino: ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún, ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá, ¿por qué no lloré yo?
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