En pleno siglo XXI sigo teniendo mucho miedo de ir sola por la calle. Es más, nunca he dejado de tenerlo. Siempre he tenido que ir acompañada de alguien, a mi lado o al otro lado del teléfono para sentirme más segura
Es impresionante cómo una mujer sigue estando condicionada por el terror a que otra persona se cruce en su camino y no pueda llegar a su destino. La incertidumbre y la inseguridad son palabras que definen lo que sentimos todas cuando ponemos un pie en la calle. Sabemos cuando salimos, pero no cuando llegamos.
«Laura, avísame cuando llegues». Creo que es la frase que más he escuchado en toda mi vida por mi madre y mis amigos. La necesidad de saber donde estás, cómo te encuentras y si has llegado bien es el efecto que produce una sociedad de desconfianza, de desigualdad.
Sin embargo, yo tendré que seguir avisando siempre a mi madre si he llegado al lugar sana y salva. Muchas mujeres no han podido hacerlo.
«Le Bal des Folles»
Aún bien acompañadas …
las mujeres siempre hemos corrido
mucho peligro.