La escolarización en Andalucía comienza con la amenaza de supresión de más de 600 clases públicas, tanto en Infantil y Primaria, como en Secundaria y Bachillerato. Este recorte se suma a las 1.943 clases suprimidas desde la llegada al poder de Moreno Bonilla. Con el recorte de aulas públicas previsto para el próximo curso, la educación pública andaluza perderá 2.600 clases
Según la Unión de Sindicatos de Trabajadores en Andalucía (Ustea), el próximo curso, se cerrarán incluso varios centros públicos completos: una escuela infantil y tres colegios. Dos institutos perderán sus clases de Secundaria y Bachillerato y pasarán a impartir sólo FP . Estas cifras contrastan con los datos de la enseñanza concertada, que mantiene o aumenta el número de aulas, también en Bachillerato. Ustea reclama la recuperación de las unidades escolares suprimidas y una bajada de ratio en todos los centros y en todas las enseñanzas.
La semana pasada comenzó el proceso de escolarización y las familias tendrán que solicitar plaza en los colegios e institutos andaluces a lo largo de todo el mes de marzo. Como viene ocurriendo en los últimos años, los centros educativos públicos se enfrentan a la escolarización con una oferta de plazas a la baja y un recorte de clases a priori. La red de centros públicos perderá el próximo curso más de 600 clases, según los datos recabados por Ustea, «mientras que la enseñanza concertada continúa su avance, manteniendo e incluso aumentando sus aulas, también en Bachillerato. Este recorte de más de 600 clases, se suma a las 1.943 clases suprimidas desde la llegada al poder de Moreno Bonilla, en 2018, superándose las 2.600″.
Las supresiones de clases públicas afectan a todas las provincias andaluzas y entre las localidades que sufrirán el recorte, además de todas las capitales, destacan el poniente almeriense, en localidades como El Ejido y Roquetas de Mar, San Fernando en Cádiz, Isla Cristina, Lepe, Ayamonte y Cartaya, Linares en Jaén, Alhaurín de la Torre, Morón de la Frontera, Utrera o Dos Hermanas.
Los conciertos comienzan a generalizarse también en Bachillerato
Estas cifras contrastan con los datos de la enseñanza privada concertada, que mantiene intacto su número de aulas e incluso se produce algún aumento. Los conciertos comienzan a generalizarse también en Bachillerato, etapa en la que hasta ahora eran muy limitados, por ser enseñanzas no obligatorias. Este es el caso del concierto del Bachillerato en el colegio Stella Maris de Almería.
La supresión de aulas públicas se realizan partiendo de «una planificación a la baja» por parte de la Administración, es decir, el menor número de clases posible en cada centro y la ratio máxima permitida por la normativa en cada grupo: 25 en Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato. Ustea ha detectado que la Consejería de Desarrollo Educativo planifica la escolarización incluso «con ratios ilegales de partida» y no se autoriza una nueva clase hasta que se superan las 29 matrículas en grupos de Infantil y Primaria, 34 en Secundaria y 37 en Bachillerato.
El resultado es un recorte masivo de clases públicas, antes incluso de que comience la escolarización. Además de las aulas suprimidas, Andalucía pierde varios centros educativos públicos completos en diferentes provincias. Tres colegios cerrarán sus puertas el próximo curso, con el argumento de «la bajada de natalidad», según la consejera del ramo, Patricia del Pozo: el CEIP Adolfo de Castro en Cádiz y los colegios Duque de Rivas y Alfonso Churruca en Córdoba.
Mal estado del edificio del CEIP Domingo Lozano
Por su parte, las obras del metro han servido de excusa para cerrar la Escuela Infantil Adelfa en Málaga, provincia en la que hace pocos meses ya se clausuró el CEIP Domingo Lozano porque el estado de abandono del edificio no permitía seguir impartiendo clases con seguridad. Además, se suprimen la ESO y el Bachillerato de los IES El Valle de Jaén y el IES Galileo Galilei de Córdoba, que pasan a convertirse en centros de FP y su alumnado desplazado a otros institutos.
Para Ustea, el cierre de clases públicas es «una apuesta política de la consejería por un determinado modelo de educación que supone la extensión de los conciertos educativos, que ganan progresivamente terreno en Andalucía«. Frente a este modelo, reclama la recuperación de las unidades escolares suprimidas y «una bajada de ratio en todos los centros y en todos los niveles educativos, como alternativa al recorte de la red pública andaluza». La supresión de unidades escolares públicas ya ha provocado las primeras protestas de docentes, familias y estudiantes, apoyadas por USTEA en todas las provincias andaluzas.
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