Vengo de la radio indignada. Este año no he podido celebrar mi cumpleaños con mi familia y mis amigos como hago cada año… y me hubiera gustado
No puedo ver a mi sobrina, porque vive en otro municipio (Corrales), aunque esté a dos minutos de Huelva.
Ni he podido ir a despedir a mi tío como se merecía, quien, por culpa de esta pandemia, ha fallecido en soledad.
En cambio, los bares de mi barrio son jauja. Es doblar la esquina para entrar en mi garaje y ver en uno de ellos (y no subo foto por respeto) un grupo de 16 personas sin mascarillas y sin distancia de seguridad. Y desgraciadamente, no era el único grupo. Parece Los Cuartelillos en los 80.
Nos quejamos del cierre de negocios, de la ruina de la hostelería, etc. La hostelería, señores, se la cargan irresponsables como estos que no son capaces de seguir las normas. Cuando mañana nos tengan como a Granada, con todo cerrado, vendrán las lágrimas y la pena, porque la culpa es del gobierno y sus medidas.
El movimiento se demuestra andando. La culpa es nuestra y solo nuestra. Porque vamos a lo que nos conviene y a nuestro maldito interés.
Vergonzoso y doloroso. Mucho.
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