Aguirre: «Al tema del tabaco no le damos una trascendencia clínica notable»

El consejero de Salud, Jesús Aguirre, ignora la decisión del Gobierno de Galicia y las recomendaciones de la OMS acerca del peligro de permitir el tabaco en las terrazas de los bares y en la calle en general. Esta permisividad supone aumentar el riesgo de contagio por coronavirus

Un consejero de Salud que es médico y se llama Jesús Aguirre dice públicamente lo siguiente: «Al tema del tabaco no le damos una trascendencia clínica notable». ¿Qué diría Tedros Adhanom, director general de la OMS, si leyera esta aberración?

La Organización Mundial de la Salud no solo recomienda que no se fume en terrazas y en lugares abiertos por la pandemia. Lo que aconseja es dejar de fumar con la Covid como verdadero acicate para ver si los más tozudos se conciencian de una vez: «Habida cuenta de los riesgos que conlleva el consumo de tabaco para la salud, la OMS recomienda dejar de consumir este tipo de productos. Abandonar este hábito ayudará a sus pulmones y corazón a funcionar mejor desde el momento que deje de consumir estos productos». 

«Al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas», explican desde la Sociedad Española de Patología Respiratoria.

El consumo de tabaco “supone la introducción al organismo, a través de los pulmones, de más de 4.000 sustancias tóxicas”, advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Entre ellas destacan cinco: nicotina, sustancias oxidantes, alquitranes, nitrosaminas y monóxido de carbono. Por tanto, fumar agrava el estado de salud de una persona con Covid-19. No hay vuelta de hoja. Y además, es de sentido común.

Aparte de desoír a la OMS y a la Sociedad Española de Patología Respiratoria, Aguirre también desprecia al Gobierno de Galicia (PP), que ha decretado la prohibición de fumar en las terrazas siempre y cuando no se puedan cumplir los dos metros de distancia (una medida, por cierto, insuficiente, porque la exhalación de humo puede llegar a los pulmones de un individuo que esté a más de dos metros).

Lo único que ha hecho la Consejería de Salud en este sentido es encargar un informe a los responsables del Plan Andaluz Antitabaco «para ver si hay evidencias científicas de que fumar aumenta el riesgo de contagiar la enfermedad», Aguirre dixit.

¿Dónde están las mascarillas gratuitas?

A todo esto se une el desastre de gestión que está suponiendo la fabricación y distribución de las mascarillas gratuitas de la Junta de Andalucía para pensionistas y personas dependientes. «No nos llegan ni las mascarillas de Alcalá la Real (Diseños NT) ni las turcas«, revela una farmacéutica andaluza.

Este retraso enerva a los ciudadanos, que llegan a la farmacia y la pagan con los boticarios. Y ellos no tienen culpa de nada, porque están dispensando estas protecciones faciales de forma altruista. Los únicos que cobran en este proceso, muchos dirían que propagandístico, ideado por el Ejecutivo andaluz son los dueños de la empresa Diseños NT, que no han querido dar explicaciones del porqué del retraso en la producción de los 7,5 millones de mascarillas, por los que se van a embolsar casi 2,5 millones de euros.

Y, en este sendero de surrealismo, ignominia y contradicciones trascendentales que aprisiona las mentes de los andaluces, sigue la sociedad inmersa mientras el coronavirus se viene arriba.